Los inicios del Arte
18 de mayo de 2022
El arte se remontan a tiempos muy lejanos. Podría parecer que nos es ajeno, pero aún nos fascina y nos hace sentir.
Las pinturas prehistóricas, quizá, sean una de las primeras expresiones artísticas que desde ese lejano pasado llegan hasta nosotros para enseñarnos que muchas de las cosas en las que nos creemos únicos e innovadores no son más que la repetición de algo que ya conocíamos desde hace mucho tiempo.
Esas antiguas pinturas que escondidas aguardan a que un curioso visitante se acerque a ellas, son el legado que nuestros antepasados han dejado quizá para enseñarnos, quizá para advertirnos o tal vez solo para que recordemos de dónde venimos y que, de esta forma, veamos más claro hacia donde vamos.
Los estudios llevados a cabo sobre este antiguo arte han llegado a conclusiones variadas con respecto a cómo debemos interpretar nuestras primeras manifestaciones artísticas. Existen teorías que nos hablan de que nuestros antepasados, en un determinado momento, tenía una vida fácil. La comida era abundante, no había enfermedades que les asediaran, el clima era suave y que al tener estos mucho tiempo libre se entretenían en pintar, en dibujar, en tallar, usando estas actividades como distracción. A mi entender esta teoría es errónea. Por muy sencilla que pudiera ser su vida en determinado momento, cosa que dudo fuera así, entiendo el arte como una expresión, y las expresiones suelen mostrar inquietudes, y estas y el aburrimiento parecen bastante distantes entre sí.
Otra teoría apunta a que estas pinturas se realizaban como actos mágicos que tenían como propósito la atracción de presas para la caza y la reproducción. Así, las representaciones más comunes son las de caballos y ciervas, siendo también importantes las de vulvas y falos. Sin embargo, esto tampoco parece cuadrar del todo, ya que según análisis realizados en la dieta de nuestros antepasados no era común la ingesta de este tipo de presas.
La teoría estructuralista nos habla de que las representaciones, tanto de animales como de instrumentos de caza, eran una muestra del grupo social, llegando a diferenciar la forma de representación los grupos étnicos existentes. También remarca como se producía una dualidad entre lo masculino y lo femenino, los signos largos corresponderían al género masculino y los signos plenos al femenino, de la misma forma las fisuras en las grietas representarían también a la mujer.
Por otro lado, la teoría chamanista nos habla de cómo desde el tipo de representaciones de las más simples a las más complejas muestran las visiones del chaman en trance. Este estado alcanzado por medio de sustancias alucinógenas pasaría por varios estados. El primero en el que su sistema óptico se vería alterado produciendo efectos luminosos que este representaría por medio de la pintura y que se corresponderían con los dibujos más simples. El segundo estadio produciría en el chaman la asociación de estas alteraciones ópticas en forma figuras geométricas que comenzarán a tomar forma de elementos conocidos. A esta fase corresponderían pinturas más desarrolladas en las que ya podemos intuir que es lo que quieren mostrar. Por último, el trance más profundo, en el cual el chaman percibiría figuras de humanas, animales e incluso a veces híbridos monstruosos, llegando a percibir escenas. A esta fase pertenecerían las pinturas más desarrolladas. Esta teoría explicaría porqué la mayoría de las pinturas se desarrollan en lo más profundo de las cuevas, ya que a estas solo el chaman y quizá algún iniciado podían acceder para realizar sus rituales mágicos.
Otra teoría nos habla de cómo la estructuración de imágenes representaba clanes y la lucha entre ellos. De ahí que en algunas cuevas se encuentren representados mayoritariamente una especie que se asociaría al clan que viviera en la zona, siendo la especie menor la que representaría al clan enemigo.
De cualquier forma, parece claro que esto lugares podían ser una especie de santuarios con una distribución que sigue cierta lógica. Así, en las entradas nos encontraríamos la representación principalmente de manos, en las zonas de paso con ciervos y bóvidos y en la zona central bisontes y caballos. También parece que en determinados divertículos hay mayoritariamente representaciones de vulvas, asociándose estos con la mujer y la fertilidad. Las zonas más profundas de las cuevas se reservaban para la representación de animales peligrosos y antropomorfos. Sin embargo, aunque esto parece demostrable en varios lugares, hay otros que rompen este patrón.
Se piensa que cada uno de estos niveles sirvió como escenificación de un rito en los cuales no todos podía participar. Estos santuarios fueron ocupados durante largos periodos de tiempo, así que se superponen figuras de tiempos diferentes, lo que hace pensar aún más que son lugares especiales usados para la realización de ritos.
Por otro lado la ejecución de muchas de estas pinturas no debió ser cómoda para su artífice, de hecho debió ser un gran trabajo, ya que se encuentran en lugares oscuros y poco accesibles en los es necesaria una iluminación artificial, para lo cual tenían que ir provistos de determinadas lámpara y la grasa necesaria para encenderlas, así como los útiles necesarios para la realización de la pintura en sí, pigmento, los cuales mezclaban en el mismo lugar, además de herramientas para su aplicación, siendo estas desde los dedos a hojas, plumas, etc. Para la realización de muchas de estas pinturas las posturas debieron ser extremadamente incomodas, incluso para algunas sería necesario la utilización de andamios, mientras que en otras, las que se encuentran en espacios pequeños, el cuerpo tendía que estar muy plegado sobre sí mismo siendo complicado mantenerse de esa forma durante mucho tiempo.
En definitiva, quizá nunca lleguemos a entender el porqué de estas realizaciones, lo que está claro es que, a pesar de largo periodo de tiempo entre su realización y nosotros, aun nos despiertan sentimientos, nos muestran preguntas, así que posiblemente parte de su función se esté cumpliendo.
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